Cuentos que se van contando

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Con el pasar del tiempo y estando en contacto con nuestros compañeros humanos de este planeta tierra entra uno en contacto con muchas verdades, algunas son compartidas por dos o más personas, pero la mayoría son solo verdades de quién nos las comparte y muchas veces ni siquiera el mismo tiene forma de aportar indicios o pruebas que nos faciliten verificar de que tal o cual verdad pueda ser tomada como tal. Es mas muchos tienen la precaución ser cautos y escuchar mucho a aquel candidato con el que podrían compartir la verdad que reflejan sus experiencias, ya que la mayoría, por considerar las historias mismas descabelladas, ni siquiera acaban de escuchar y ya están llamando loco al narrador e incluso terminan insultándolo y burlándose de él(o ella)… y muchos por mucho tiempo.

Algunos pueden compartirnos realidades de difícil explicación (y/o alocadas) que solo podrían explicarse si se hubieran experimentado durante un sueño. Otros pueden compartirnos sueños que fueron experimentados con tanto realismo (tal como lo plantean en la película Matrix, si tienes un sueño que sientes que es tan real, como podrías diferencias si estas dormido o despierto), que les quedan vivos recuerdos de ello. En algunas ocasiones, y partiendo de escenarios incomprendidos y echando a volar la imaginación podemos intentar explicarlos desde nuestra perspectiva (con poca o mucha información), aunque, en muchas de las veces queda solo en forma de interrogante (¿Por qué? o ¿Para qué?) esa búsqueda del explicación.

¿Cómo se conecta lo que soñamos globalmente con la Realidad que experimentamos? Leía en la publicación “Cajita de cristal” que muchas veces habrá más verdad y libertad en el sueño, pero como está sujeto a las interpretaciones (y conocimiento) que tenemos grabadas en nuestra mente, aquellos que percibíamos con libertad en el sueño se ajustara a los patrones pregrabados en nuestra mente y será distorsionado, de esa forma la mayoría de seres que se aparezcan en nuestros sueños tenderán ajustarse a las formas que nosotros aceptamos como EXISTENTES, ya sea en la vida real o tomados de los dibujos, cuentos, películas y programas de televisión.

Recuerdo que cuando niño, muchas veces, al anochecer, nos quedábamos a platicar en torno a una fogata (sobre todo cuando se cortaba la energía eléctrica) y surgían muchas historias, narradas principalmente por los mayores, las mas que recuerdo eran de mi abuelo paterno. Algunas de esas historias eran de experiencias con lo desconocido y en la noche, narraciones de suspenso y a veces de terror, ya que el miedo a los seres que deambulan por la noche puede manifestarse levemente o con intensidad (casi siempre las niñas eran las que, asustadas, eran las primeras en irse a dormir). Con el paso del tiempo las costumbres fueron variando y los motivos de reunión en torno a las fogatas fueron disminuyendo. En alguna noche de cambio de año con nuevos jóvenes, siendo yo de los más grandes en ese grupo de pernoctantes, mencionaban la curiosidad de escuchar cuentos de experiencias paranormales, como la de aquel que contaba que “una noche ha escuchado cadenas arrastrándose en el patio de su casa, con algunos familiares de testigos, atreviéndose incluso a iluminar el lugar de donde procedía el sonido, sin poder identificar lo que este generando el sonido, y que habiendo comprobado que no se veía nada, dejo de seguir lo que sea que estuviera provocando el ruido que se siguió oyendo cada vez más lejos”.

Y si mucho se puede platicar en sesiones de “platicas nocturnas” y en cualquier momento el día con amigos, incluso con desconocidos. Casi siempre son narraciones cortas y que difícilmente pueden interconectarse, o que uno es quien hace la conexión después de mucho tiempo y muchas ideas que va uno juntando, ya sea solo de conversaciones o relacionando lo que se encuentra uno en publicaciones, libros o incluso películas (alguien me conto una vez que “las películas las usan los gobiernos para ir preparando masivamente a la gente de los eventos que pueden suceder”). En las cercanías del pueblo donde crecí hay una gran extensión de terreno donde no se puede cultivar, ni siquiera se puede construir con facilidad, porque la tierra es muy corrosiva, con excesos de sales (salitrosa), y me contaba alguna vez un tío que mi abuelito le platico un día, que cuando él había sabido de las explosiones atómicas (de la segunda guerra mundial) y de todo lo que destruyen, viendo todo este terreno, pensó que a lo mejor algo parecido pudo haber pasado mucho tiempo atrás en ese lugar, dejándolo inutilizable, porque, ¿Qué sabemos de lo que pudo haber sucedido (o lo que realmente sucedió) tiempo atrás en los lugares que habitamos?, ¿Cuánto de lo que ha sucedido puede uno encontrarlo en los anales de la historia? 

Se dice que esa “forma compartir las experiencias de los adultos en torno al fuego” viene desde la más remota antigüedad del hombre conviviendo en sociedad, es decir, desde la época de las primeras agrupaciones del hombre, ya sea en torno a las cavernas… o antes si es que lo hubo.

En el caso de México, se dice que esto existió hasta antes de la conquista, y que con la llegada de las ideas de adoctrinamiento de la religión traída por los españoles, todas estas reuniones empezaron a prohibirse. Es algo que esta en nuestra memoria colectiva, que se disfruta en lo que ahora podría llamarse “reuniones sociales” o “reuniones familiares” aunque muchas veces con el ritmo acelerado de vida y el pretexto creer que lo propio es lo más importante, pocas veces les damos oportunidad a los que más han vivido de compartir sus vivencias.

Hace unos días estaba en la plaza del pueblo y empecé a platicar con un señor que se quedo solo en una banca vecina y mencionaba que cuando él era joven, en la sierra donde ha trabajado siempre no se necesitaba llevar agua, para ellos o para los animales que usaban para trabajar en el corte y traslado de pinos, ya que había suficiente en los ríos y arroyos. También menciona que tienen puestos de vigilancia en la punta de los cerros para estar al pendiente por si surge algún incendio y que en esos tiempos se usaban teléfonos de los antigüitos, de los que se les daba cuerda y estaban conectados por largos cables. Para mí es interesante lo que compartió conmigo. Quizás el tenga muchas anécdotas como estas para compartir y no tenga quien las escuche, incluso me menciono que él conocía todo el proceso para sembrar y cultivar los pinos para la reforestación, así como que puede identificar los diferentes tipos de pinos.

¿Cuánto de nuestro conocimiento y de nuestra curiosidad por VER el mundo se inicio de cuentos cortos narrados por aquellos que se nos adelantaron viviendo y que incluso, posiblemente ya se nos adelantaron pasando a otras realidades y a experiencias más allá de la vida? Algunos presentados en forma de novelas ilustradas.

¿Y qué hay de las historias de contacto con seres biológicos y objetos más allá de lo conocido o que se adelantan a la expresión tecnológica que sabemos que tenemos en este planeta? ¿También a ustedes les habrán contado cuentos de esta naturaleza? En mi pueblo supe de varias personas que tuvieron este tipo de experiencias, muchas lo contaron mucho tiempo después de haberlo experimentado, ya que en su momento creían que seria impensable compartirlo, con todo y experimentarlo con realismo, la mayoría de los casos de objetos (muchos de ellos con formas definidas y no solo luces de movimiento que no correspondía con las naves terrestres de la época) en el cielo, unos pocos mencionaron contacto con seres de “dudosa procedencia” y extraño comportamiento.

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¿Y cuentos de casos y cosas adelantados en tiempo y espacio? Recuerdo que decía mi abuelito cuando yo era niño (yo nací en 1969 y él en 1917) que cuando él era niño los viejos de aquel entonces les platicaban que en el futuro habría vehículos que no serian tirados por caballos ni bueyes, con caminos especiales (esto pudiera no ser tan futurista en aquellos días cuando ya se experimentaba con autos, pero no era conocido por todos), también le contaron que habría un dirigente de una nación que secuestraria niños para formar un ejército obediente para conquistar el mundo, y que este mismo dirigente tendría casas de cristal que no podrían ser destruidas ni con bombas, en su momento y cuando supe yo de la segunda guerra mundial y asociando estos cuentos, entendí que hacían referencia a Hitler, ya que se decía que si bien esos datos no eran exactos, al tomarlos como profecía, si hacen referencia a varias anécdotas de que sus soldados solo se alimentaban con pastillas y que al ser derrotados ya no pudieron alimentarse y murieron, otra versión es que tenían órdenes de suicidarse si los atrapaban así  que ingerían pastillas para ese fin, o también está el poder de convencimiento casi hipnótico que Hitler tenía en sus discursos, acaso no podía de esta forma reclutar al personal para su ejército. Desde luego que son explicaciones que surgieron en su momento, no tengo tan fresco las reflexiones ni las fuentes de lectura que en su momento ayudaban a justificar que eso habían sido profecías de adultos que se compartían con los niños. A veces, a los que vivimos en pueblos, los que han paseado por ciudades nos pueden maravillar con sus cuentos y narraciones.

Algunos autores de los libros que he leído mencionan que el camino más cercano entre el hombre y la VERDAD es un cuento, y es por eso que lo que se nos menciona de Jesús de Nazaret, mencionado en el nuevo testamento de la Biblia son precisamente enseñanzas en forma de parábola (cuentos).

¿Cuántos de esos cuentos, lo encontraremos en libros? ¿Cuántas de nuestras anécdotas podremos compartirlas de tal forma que los demás puedan de ellas aprender sin que la experiencia pase por el juicio de “¡eso solo te pasa a ti!”? 

Personalmente encuentro más atractivas la novelas narradas en forma de cuento, en forma de experiencias de las que cada cual puede encontrar algo con que identificarse y de ellos aprender; en lugar de aquellas que te proponen un tipo de problema y te ofrecen una solución casi especifica y única.

¿Podríamos contar cuentos? ¿Es ésta reflexión una forma de cuento? ¿Serán reflexiones sobre cuentos? ¿O solo es un cuento de una reflexión?

Y tú, ¿Qué cuentos cuentas?

L.C.B.R.

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